Los cuádriceps son el gran conjunto de potentes músculos que abarcan la parte delantera del muslo desde las caderas hasta las rodillas y actúan como flexores de la cadera y extensores de la rodilla. Los cuádriceps están formados por 4 músculos: el recto femoral, el vasto lateral, el vasto medial y el vasto interomedial. Cuando los cuádriceps se lesionan o no rinden adecuadamente, se pueden sentir tensiones que implican microdesgarros en estos músculos, calambres y rigidez. El recto femoral es la porción del músculo que se lesiona con más frecuencia debido a su ubicación anterior.
Pueden producirse muchos tipos diferentes de lesiones en los cuádriceps:
Las distensiones, las lesiones por uso excesivo y las roturas pueden producirse en cualquiera de los extremos del músculo o en el propio vientre muscular. Las distensiones suelen producirse por un uso excesivo o un sobreesfuerzo, y son más frecuentes en los deportistas que fuerzan repetidamente los músculos al extender la rodilla, especialmente los corredores y los ciclistas. Esta tensión repetitiva provoca un fallo en la unión entre el músculo y su tendón y puede evolucionar hacia el desgarro. Un ejemplo común de tensión en el tendón del cuádriceps es la rodilla de saltador. Esta afección afecta al tendón del cuádriceps justo por encima de la rodilla y es el resultado directo de la tensión repetida durante múltiples saltos. Si el dolor se siente más hacia las caderas en el vientre del músculo, es probable que se haya producido un desgarro parcial del propio músculo. El dolor empeora con la extensión de la rodilla y al tacto.
Las contusiones son las lesiones más comunes en los cuádriceps y son el resultado de un golpe directo o de una fuerza contundente en el muslo por parte de un objeto o por la caída de un objeto. La contusión provoca daños en los tejidos y hematomas. Suele ocurrir en los deportes de contacto cuando los participantes chocan y reciben un rodillazo o un casco en el cuádriceps. El dolor suele ser constante y puede provocarse con el tacto o con cualquier movimiento de la rodilla.
Las hernias musculares pueden ser causadas por un movimiento súbito y contundente, como una patada, un sprint o un choque con un objeto a mitad de carrera. Los músculos del cuádriceps debilitados o comprometidos aumentan el riesgo de desarrollar una hernia muscular. Normalmente, se puede palpar una masa blanda que suele ser muy sensible al tacto.
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